Es un procedimiento que reemplaza las raíces de los dientes con pernos metálicos que parecen tornillos y reemplaza el diente faltante, o dañado, con un diente artificial que tiene el mismo aspecto y que cumple la misma función que los dientes naturales.
Es una alternativa bien aceptada a las dentaduras o a los puentes que no se fijan bien.
El método para una cirugía de implante dental depende del tipo de implante y del estado de la mandíbula del paciente.
El principal beneficio de los implantes es que, es un soporte sólido para los dientes nuevos, un proceso que requiere que el hueso se cicatrice fuertemente alrededor del implante. Debido a que esta cicatrización ósea lleva tiempo, el proceso puede llevar varios meses.
¿Por qué se realiza?
Debido a que el titanio en los implantes se fusiona con la mandíbula, los implantes no se deslizarán, harán ruido ni causarán daño en el hueso de la forma en que los puentes o dentaduras postizas fijas podrían hacerlo. Lo materiales no pueden picarse como tus propios dientes mientras que los puentes regulares sí pueden.
Los implantes dentales podrían ser adecuados para ti si:
Tienes uno o más dientes faltantes
Tienes una mandíbula que llegó a su crecimiento completo
Tienes huesos adecuados que aseguren los implantes o puedes recibir un injerto óseo
Tienes tejidos orales saludables
No tienes enfermedades que afectarán la sanación ósea
No puedes o no quieres usar dentadura postiza
Quieres mejorar el habla
Estás dispuesto a comprometerte al proceso durante varios meses
No fumas
¿Cuáles son los pasos?
Es una cirugía ambulatoria realizada en varias etapas. Por lo general son:
Extracción del diente dañado
Preparación de la mandíbula (injerto), cuando es necesario
Colocación del implante dental
Crecimiento y curación del hueso
Colocación del pilar
Colocación del diente artificial
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